Si yo pudiera olvidaros
Creedme, amante lejano
que si en mis manos fuera
el poder de olvidaros
en esta sombra conociera
que es razón para matarme
que dejar de amaros no quiera.
Daré mi vida a vuestra vida
y vos podréis hacer de ella
muelle fuerte, puente frágil
u oscuridad en primavera
y el verme en vuestros brazos
muy distante se viera.
Que ha pesar de tanto daño
empeñado en amar, se encuentra
el corazón que es tesoro
para las burlas de fuera
doliendo cada golpazo
que en su suave carne se diera.
Teniendo yo motivos
para empezar camino largo
vuestros recuerdos, malos,
difícil hacen que en vos viera
el demonio que se adentra
cuando de mi estáis cerca.
Y se que quedaré con ganas
de en mi boca sentir
vuestros besos fríos y toscos
que sólo en fantasías ví
que como duraron muy poco
amarga realidad sentí.
¿Cuando habrá feliz día
en que el pensamiento diga
que en él, vos no estáis dentro
ni el alma me contradiga?
ya que es ésta, tan ufana
de la razón enemiga.
Y sepa yo que al cabo
un dulce amor me espera;
con el cuerpo endurecido,
mi pensamiento supiera
y en él estará la calma
que a ayudarme viniera.
Triste es saber que vos
alejado queréis estar
de este corazón que se dice
jamás poderos olvidar
esquivando con vuestra mirada
la mano que os desea tocar.
¿aceptará la vista rendida
que seguir el movimiento leve
de unas piernas que se cubren
de tela gris que atención bebe,
es derramar fuerza en vano
y en ello alivio encuentre?
En fin, mi amado ciego;
pues en mí no podéis ver
lo que yo os quiero dar
ni lo que de vos quiero tener,
cuando yo pueda olvidaros,
no mis letras aquí se estén.
Creedme, amante lejano
que si en mis manos fuera
el poder de olvidaros
en esta sombra conociera
que es razón para matarme
que dejar de amaros no quiera.
Daré mi vida a vuestra vida
y vos podréis hacer de ella
muelle fuerte, puente frágil
u oscuridad en primavera
y el verme en vuestros brazos
muy distante se viera.
Que ha pesar de tanto daño
empeñado en amar, se encuentra
el corazón que es tesoro
para las burlas de fuera
doliendo cada golpazo
que en su suave carne se diera.
Teniendo yo motivos
para empezar camino largo
vuestros recuerdos, malos,
difícil hacen que en vos viera
el demonio que se adentra
cuando de mi estáis cerca.
Y se que quedaré con ganas
de en mi boca sentir
vuestros besos fríos y toscos
que sólo en fantasías ví
que como duraron muy poco
amarga realidad sentí.
¿Cuando habrá feliz día
en que el pensamiento diga
que en él, vos no estáis dentro
ni el alma me contradiga?
ya que es ésta, tan ufana
de la razón enemiga.
Y sepa yo que al cabo
un dulce amor me espera;
con el cuerpo endurecido,
mi pensamiento supiera
y en él estará la calma
que a ayudarme viniera.
Triste es saber que vos
alejado queréis estar
de este corazón que se dice
jamás poderos olvidar
esquivando con vuestra mirada
la mano que os desea tocar.
¿aceptará la vista rendida
que seguir el movimiento leve
de unas piernas que se cubren
de tela gris que atención bebe,
es derramar fuerza en vano
y en ello alivio encuentre?
En fin, mi amado ciego;
pues en mí no podéis ver
lo que yo os quiero dar
ni lo que de vos quiero tener,
cuando yo pueda olvidaros,
no mis letras aquí se estén.
[ by me ]
